Hay belleza oculta en los detalles, en las pequeñas cosas, y todas esas pequeñas cosas llenas de pequeños datos. Desde la revolución industrial la producción en masa ah copado de pequeños objetos producidos en serie nuestra vida. Muchas veces nos afanamos en personalizarlos, otras nos basta con que cumplan su función, pero desde la escuela de la Bauhaus el sentimiento por los objetos bellos a nuestro alrededor ha cambiado. Hay belleza en lo cotidiano, y no solamente en esos pequeños objetos manufacturados, sino en tantos referencias que se agolpan a nuestro alrededor.
La muestra trata
de recoger individualmente pequeñas ventanas a esa visión individual del
objeto, a esas muescas e individualidades que diferencian tu objeto de los
otros ocho millones producidos a la vez. Es una búsqueda de la identidad, del
individuo que posee y reconoce algo como parte de uno mismo simplemente por el
hecho de que esa forma le acompañe.
La
exposición se compone de miles de pequeñas fotografías individuales que
conforman espacios individuales interrelacionados por cromatismo y afección,
esporas de un mundo lleno de detalles. Al tratarse de un espacio
vertical y envolvente las imágenes interactúan con el espectador, hablándole
sobre lo cotidiano y su belleza aislada.Porque es esta realidad aislada lo que facilita su interconexión, al formar parte todas las imágenes parte de un mundo conocido por todos.
En el enlace podéis ver el díptico que han hecho en el espacio joven para mi nueva exposición, que estará hasta el día 27 de Octubre.